lunes

Avril

El hombre, en su primitiva incultura, era mucho más feliz, curioso y emprendedor. Concretamente en este mes de abril pasado por agua, desearía no comprender, no saber y, por una vez, ganar. No ver, no escuchar y no creer. Dejarme llevar, que el tiempo y tú os echéis encima, o debajo, que más da –pero cariño, el césped pincha, verás, me he caido en zanjas y a las vías y, resulta que en ambos tropezones, curiosamente, pensaba en una escena de cama, o tal vez pensaba en que me hicieras el amor en una bicicleta estática, que el contorsionismo es lo mío-. Y verás, es abril y llueve, y la primavera se me ha agarrado al arito de la nariz, se me ha puesto por montera y astenia y porros a pachas, conversaciones tontas al otro lado de la pared, las siestas en el sofá y las noches en vela; poemas faciales y un intento de prosa. PRINTEMPS: Hormonas, sudor y sangre.