viernes

Propositos

Este cambio de calendario, prometo solemnemente no cambiar en nada.

sábado

Love like winter

Hacía una semana que la luna aparecía en aquel cielo después de mes y medio de ausencia. Todo anunciaba la proximidad del invierno cuyo blanco fantasma envuelve en su inconmensurable mortaja todas aquellas tristes latitudes.
Los ricos se encerraban ya en sus mansiones, los pobres se enterraban en sus agujeros y los osos blancos entre los témpanos de hielo secular. Algunas aves hacían sus nidos en las grietas de los desgajados abetos, en tanto que otras levantaban el vuelo rumbo al mediodía en busca de nuevas primaveras. Los barcos dábanse a la vela a velocidad de vértigo, temerosos de quedar anclados en una mar helada.
Los campos, los puertos, los pueblos mismos se veían desiertos y abandonados. No parecía sino que una horrible epidemia había pasado por ellos, o que se aproximaba, amenazándoles, un desastroso conquistador.
En un salón triangular, tapizado y alfombrado, alumbrado por un ardiente tronco de teoso pino; huía el humo arremolinado. Dos personajes había en ese aposento. Dormía el uno sentado en disforme sillón de encina, tendría veinticinco años. Por el Mediodía hubiese pasado por feo, aunque al calor del hogar, no carecía de cierta belleza local. Enfrente de él, iluminada dulcemente, rezaba en silencio una mujer blanca como el alabastro, y hermosa y triste como las siempre marchitas flores de aquellas tristes primaveras.
Ella, en cuyo rostro se veían unas huellas de un dolor sin consuelo, clavaba los ojos en las juguetonas llamas del hogar... Más por si acaso los tornaba un momento hacia la sombría figura de él.
Una vez abrió el hombre los ojos repentinamente y sorprendió la tímida mirada que le dirigía su amante.
-¿Dormías? - murmuró ésta con voz dulce y apagada.
- Yo no duermo nunca...¿Por qué me mirabas de aquella manera?
-¡Es que os amo mucho!
Y se enjugó las lágrimas, y dejó de nuevo sus ojos al antojo de las llamas. Y ya no hablaron más, y habían hablado más que de costumbre.

viernes

Middle finger up

Ayer iba con la pequeña Belén por la avenida de la complutense un poco upset (la vida no es justa; quien yo quiero no me quiere y quien me quiere no me gusta). Era hora cero y la fauna universitaria se empujaba por la acera. Y hablamos de estadísticas; si cada una de las personas que nos cruzamos tiene que encontrar a alguien, si todos han de emparejarse, cuántos se quedarían solos, si hay más hombres que mujeres, los orcos, Sauron, etc... Y la pregunta es; ¿es que hemos perdido el derecho a estar solos? Ya no se puede disfrutar del sexo, la televisión, el alcohol, las drogas blandas, los videojuegos y demás placeres de la jotavida en solitario. Por lo visto necesitamos a alguien. Hemos ganado la dependencia absoluta aun cuando ya sabemos ir al baño solitos. Pride joder, PRIDE; que el valor es el escudo más eficaz.
Es que, nadie dijo que fuera fácil. La vida te pone a prueba y es precisamente eso lo que hace que la movida sea interesante. Y ayer con Qi en el Foster, con una brocheta delante, me di cuenta de que no hemos evolucionado tanto: aquí aun se caza y se es cazado, y cuanto más difícil e imposible parece algo, más lo quieres (y quizás yo lo he puesto muy fácil, pero eso ya es otro tema).
Y somos vengativos, y el tiempo que tardamos en elaborar la retorcida venganza es tiempo que le restamos a construir nuestro propio imperio. No se trata de poner zancadillas ni cáscaras de plátano: se trata de morir como todos y VIVIR como nadie, que las horas muertas, muertas se quedan.
Siguiendo con la guerra ciencias-letras de Kike, la ciencia de la vida siempre será una asignatura pendiente, y especular sobre ella (unos peor, otros mejor) siempre será un arte. Que la vida son 3 días (o eso dicen los entendidos) y ya vamos por el segundo.

P.D: estoy hasta las mismísimas trompas de falopio de los prejuicios y las etiquetas. http://www.youtube.com/watch?v=aQoiMTnUkHY
Ajam, soy andaluza

miércoles

Otoño. Bajadas de tensión.

A veces las cosas no salen como uno esperaba, pero eso es lo que hace que merezca la pena vivir.
No somos más que unos brotes endebles, pero nos cobija una fuerza, algo tan grande que nos ayudará a crecer. Somos insignificantes, pero soñamos con el día de primavera en el que florezcamos por fin.

jueves

Como un beso a las 4 de la tarde un... 16 de agosto (por ejemplo)...

...que te refresca y te levanta el ánimo.

Sapere aude...
Déjame vivir mi presente, que ya me embargarán el futuro...

Y la esquina. Esa esquina de las despedidas. El punto medio, ciego. Allí donde te resguardabas al abrigo del último abrazo, beso o caricia. Terreno neutral, Suiza, que la llaman. Utópica, socialista. El ángulo muerto donde todo era verdad, donde la casualidad se dejaba caer de vez en cuando vestida con vaqueros rasgados. El escondite perfecto, la referencia universal. Testigo de principios y también de finales, el corredor de la muerte, la larga espera.
Y tú. Tenías 17 años y aun pensabas en hacer el amor.

viernes

...Cuando la presión es muy alta, tanto que a todo el mundo comienza a sangrarle la nariz...

...dentro de otros 19 años, ¿a quién le tocará llevar el sombrero? ¿Haremos Chapó o mutis por el foro? ¿Quedarán los sueños húmedos o sólo la humedad y 6 pelos en la almohada? ¿Usaré maquillaje o a mi flamante marido no le importarán mis ojeras?

Y yo tenía un futuro espectacular. Quería ser independiente a los 18, tocar la guitarra y desgarrar la noche de bar en bar, y cantar rock&roll, romperme las medias e ir en manga corta en enero, manifestarme contra los abrigos de bisón, boicotear las Ventas y quitarme el sujetador en un concierto.
Y yo tengo un futuro prometedor. Seré independiente tal vez a los 30, tendré un título, opositaré, beberé una o dos cervezas los sábados, llevaré tejidos sintéticos y me guardaré mis acordes para mí.

Diecinueve...DIECINUEVE...19...18+1... ¿Y qué?

P.D: ALABAMA&CLARENCE

domingo

Carrigaline

Ya no vale quedarse mirando las irregularidades del techo.

No, no lo es...

"De qué hablaba? De qué tenía que asombrarme? básicamente de lo que ocurre a nuestro alrededor …. damos demasiado por sentado que todo es como es, y ya parecemos acostumbrados a todo tipo de cosas raras y envilecimientos, explotaciones cotidianas, injusticias, y toda esa caterva de realidades que han hecho cotidianas los medios de comunicación …. que parece que cuanto más acercan los focos, más lejanos nos ponemos nosotros, y más indiferentes. Ellos acercan los focos para vender; nosotros nos alejamos porque nos parece demasiado impactante y no nos dejaría casi vivir, pero la realidad es casi tan impactante como eso, un poco menos, pero más cotidiana. No tiene el caríz de noticia, pero tiene el caríz de ser siempre …. y continuamente para muchos, muchísimos seres humanos.

Si, tenemos que asombrarnos de los monstruosamente sádicos que podemos llegar a ser y somos …. y de las cosas que hacemos. No las hacen otros, las hacen seres humanos; no son personas de otro mundo, son como nosotros, y las hacen. Es una pena que sea así, pero sólo asombrándonos y denunciándolas …. y haciendo algo para que no vuelvan a ocurrir, empezaremos a disfrutar de otra sociedad más solidaria. Qué no nos pille el cambio, y el deterioro, sin que nos demos cuenta, porque no queremos darnos por avisados. "

"Lo que ocurre es que poco a poco o rapidamente uno se acostumbra a vivir bien y a tener hasta la posibilidad de protestar o no hacer por cualquier cosa ….. y lo que era un privilegio, se convierte en un derecho, y el derecho se acaba fosilizando en nosotros mismos, convencidos de que lo que hemos hecho para llegar adonde hemos llegado es tan importante que justifica que nuestro comportamiento sea diferente y privilegiado respecto a otros que no han sido capaces de recorrer el mismo camino. Pero no es así, no es así ….. no, no es así."

viernes

Reencuentros

Ahora todo lo que sé de tí es que odias a la gente que entra antes de dejar salir.
Y quiero saber más.
Verás, apareciste en mitad del caos,
Tus labios, los artífices de la música
Que sonaba por el altavoz de aquel aparato infernal
Y eres abstemio, como yo,
Así que, nos bebimos el momento
Con coca-cola y hielo
Echamos abajo el miedo por un silencio incómodo
Y me emborraché con “body language”
1,80 nunca me había parecido algo exacerbado,
Claro que, a veces 10 minutos se me habían hecho eternos
Y no.
Me faltó tiempo
Para contar tus lunares
Rizar el rizo
Y fantasear con la cremallera de tus vaqueros.

jueves

fiebre...

... delirios y cicatrices.
Me he cansado de placebos, las pastillas de sacarina ya no me valen, ni la cafeina a las 6 am, ni el azúcar a mansalva; me vuelve a dar sueño en el tren. Con ésta, ya son 2 las reglas de oro rotas: 1ª no hacer pis en las letrinas de los baretos de huertas y 2ª no dormirse en transporte público.
Llevo unos cuantos días subiéndome por las paredes, metiéndome en rincones oscuros y haciendo recopilaciones. Me falta algo... no digo alguien, digo ALGO. Me faltan lunes al sol, coche y cama, me falta tiempo y me sobran ganas. Quiero esa centésima parte, esa Y, que vuelvan los estigmas en espalda y muñecas.
Sin sentimientos, ni rarezas, ni etiquetas... Rienda suelta a lo instintivo, aunque falte iniciativa.

lunes

Avril

El hombre, en su primitiva incultura, era mucho más feliz, curioso y emprendedor. Concretamente en este mes de abril pasado por agua, desearía no comprender, no saber y, por una vez, ganar. No ver, no escuchar y no creer. Dejarme llevar, que el tiempo y tú os echéis encima, o debajo, que más da –pero cariño, el césped pincha, verás, me he caido en zanjas y a las vías y, resulta que en ambos tropezones, curiosamente, pensaba en una escena de cama, o tal vez pensaba en que me hicieras el amor en una bicicleta estática, que el contorsionismo es lo mío-. Y verás, es abril y llueve, y la primavera se me ha agarrado al arito de la nariz, se me ha puesto por montera y astenia y porros a pachas, conversaciones tontas al otro lado de la pared, las siestas en el sofá y las noches en vela; poemas faciales y un intento de prosa. PRINTEMPS: Hormonas, sudor y sangre.

miércoles

Vomitorium

Deberíamos dar forma a todo pensamiento, expresión a cada sentimiento, realidad a cada sueño. Hay demasiados evanistas y pocos escultores. Cada impulso reprimido se

refugia envenenando nuestra mente. Sólo hay un modo de vencer la tentación y es uniéndose a ella. Si la resistes, el alma enfermará.

Hay que vivir la temporada que el mundo nos brinda, pues al envejecer la memoria nos mortifica con imágenes de las oportunidades perdidas.

Mi vida es un pozo de patetismo mezclado con virutas de decepción. Pleno siglo XXI, Doraemon no existe y probablemente ningún Mesías del futuro venga a salvarnos. No hay alicientes, no hay récord que batir. Los titiriteros mueven los hilos, los coreógrafos marcan el ritmo y nosotros bailamos, como máquinas. Demasiadas coreografías y pocas improvisaciones.

Pero ese viernes, decidí ir al museo. Ese viernes, me hallaba paseando entre hileras de retratos, paisajes y desnudos. Retratos de hombres y mujeres para los cuales el tiempo se detuvo en las seis de la tarde. Hombres y mujeres que dejaron su edad dorada en el marco plateado y miraron la diabólica pintura que, años más tarde, seguía devolviéndoles una sonrisa fresca y joven, una sonrisa sin marcas mientras que el modelo se marchitaba. El arte es tan bello y tan necesario... El arte se encuentra en cada acorde, en cada pincelada. Tal vez algún día abramos la puerta del desván y seamos capaces de mirar a los ojos a ese lienzo que guardamos cubierto por una sábana. Tal vez algún día la vida de los hombres y de las mujeres sea tan plena, tan satisfactoria que no necesite del arte. Mientras tanto...