miércoles

El discurso fanático de su líder les armó de valor. Pero los otros iban armados con metralletas.

Y descienden los vencidos soldados la pendiente pedregosa hacia al fracaso a amargas cabalgadas. Dejan atrás las caricias perdidas, el valor de la palabra escrita. Rezan desde el pelotón con las piernas cansadas. ¡Qué misterio tan alto y doloroso la purga del alma con el cuerpo! Astillas son los pájaros en el aire y se clavan en los ojos. Y alzan la vista para preguntar a dónde se marcha desde el cuerpo la caricia. Y si se queda, ¿nos construye? ¿Nos puebla, subterránea, la cóncava avenida que vertebra nuestra espalda? ¿Es humus en la dermis de un incendio que da calor al hueso?;¿es interna y latente trashumancia?;¿o es sedimento de la vida de los otros que nos habita a modo de esperanza?