martes

Pure Morning

Recuerdas aquel día
que fingimos ser bipolares,
disolvernos en el tiempo etílico,
querernos a más no poder
y pudiendo volar
con ayuda de las hélices
de la Quimera.
Nos declaramos República
y nos coronamos con ganas
presidentes de un estado
de fiebre federal.
Pintamos de sudor
aquella esquina
donde los Napoleones se follaban
a sus Josefinas.
Arpegiamos las aceras
y rasgamos la carretera
con canciones de cuatro acordes
en cejilla dos.
De alfombra Radiohead
y la música de fondo,
patrocinada por un viejo
colchón de muelles.
Y odiamos la mañana
que se abría paso
y chocaba contra el muro
de las lamentaciones
aquel sábado por la mañana.

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